Pero, ¿no tenéis miedo?
No tengo miedo. Si voy a sincerarme, confesaré que no tengo miedo a perderme, ni a que el camino sea más duro de lo que yo pensaba. O a que yo mismo no esté a veces a la altura de las circunstancias. No tengo miedo a que nos roben, ni a que el coche diga …