África Occidental
El conductor apenas acierta a encontrar la palanca de cambios. Y no por falta de destreza, sino porque ésta queda escondida entre las piernas del pasajero, uno de los dos hombres que comparten el escueto asiento delantero. La parte trasera no ofrece mejores perspectivas: una señora, un chico, Rosalía y yo nos amontonamos como podemos. …